El kairós de Mick Schumacher

Concepto traído de la Antigua Grecia, kairós significa el momento justo y oportuno que multiplica el efecto de las decisiones que uno toma y acaba por marcar tu futuro. En esa encrucijada se encuentra Mick Schumacher en la temporada 2020. Demostrar su valía por encima de su apellido y entrar de lleno en el olimpo de los más grandes.
El joven piloto alemán siempre se ha encontrado en esa suerte de impás entre los destellos y las dudas, por lo general acentuadas por la atención mediática que genera. Ya desde sus inicios en el karting y bajo el pseudónimo Mick Betsch fue escalando categorías en una progresión natural hacia los grandes monoplazas: ADAC, Campeonato Nacional Alemán, Campeonato Europeo...
"El joven piloto alemán siempre se ha encontrado en esa suerte de impás entre los destellos y las dudas"


Su paso por la Fórmula 4 trajo consigo la explosión mediática
del piloto nacido en Suiza. Firmó, tras su campaña de debut en 2014, un
contrato con la escudería de formación de Ferrari, Prema, consiguiendo un buen
segundo lugar en la ADAC F4, con 5 victorias en la F4 Italiana. Su andadura en
la F3, que inició en 2017, le trajo un debut muy amargo con una pobre duodécima
posición y solo un podio. Precisamente es en esta temporada donde se revela el que
será su principal hándicap a lo largo de su carrera: las altísimas expectativas
que genera su paso por las categorías inferiores, que por lo general requieren
paciencia y aprendizaje. Para él, los tiempos de Mick Betsch ya quedaron atrás.
Le tocaba dar un puñetazo encima de la mesa.
2018 le trajo su victoria general en la Fórmula 3, tras 5 victorias al hilo entre Nürburgring y el Red Bull Ring y anotando 9 de 10 podios en las últimas carreras, llevándose el título sobre Dan Ticktum. Su camino hacia la F2 estaba pavimentado sobre una victoria aplastante.
Pero de nuevo, las dudas. Su primera experiencia en la
segunda categoría del automovilismo se cerró con una única victoria en el
Hungaroring, ningún otro podio y 53 puntos que le valieron la duodécima plaza
en el campeonato. Por debajo de las tremendas expectativas generadas tras
marcar el mejor tiempo de la pretemporada y probar, en unas imágenes memorables,
con el Ferrari de 2019 en los tests de Bahrein.

Hay algo recurrente en la carrera de Schumacher: por lo general no suele colmar la ilusión que genera en las primeras temporadas en nueva categoría. Suele ser en la segunda donde vemos su mejor versión con un buenas tandas a una vuelta y un ritmo de carrera muy consistente. Por eso es clave este año 2020. Si vemos al Schumacher 2.0, tendrá su sitio asegurado para la nueva era de la F1 en 2021. Alfa Romeo sería su principal opción, máxime tras el retiro confirmado de Raikkonen a finales de año. Si por el contrario vuelve a languidecer en el momento más decisivo, habrá que ver si su apellido puede hacer el resto para llevarle a la máxima categoría. No hay que olvidar que esta vez no tendrá a un compañero tan dócil como Gelael, sino a un rapidísimo Robert Shwartzman que apunta muy, muy alto.
Todo está en las manos del piloto alemán. La gloria y el recuerdo de su padre o las sombras de temporadas pasadas. Veremos si en su kairós consigue, por méritos propios, no ser solo Mick, sino Schumacher.